San Valentín: orígenes y regalos desastrosos

¿Quién no ha recibido alguna vez un regalo horroroso y al desenvolverlo, sin pensarlo, ha soltado un: el papel de regalo es muy bonito? ¿Quién no ha recibido un par de rosas, robadas de un jardín vecino, llenas de hormigas y bichos?

Pero no olvidéis que es de bien nacido ser agradecido, y en este caso agradecida, con 14 años llevé, durante un tiempo, unos pendientes dorados y con floripondios azules, no eran feos eran difíciles de mirar, para que la otra persona se sintiera bien. En lo que concierne al capítulo del par de rosas “frescas", también en la pubertad, tuve que despistar al susodicho y tirar las rosas por la ventana, se me estaba llenando el cuarto de hormigas... ;)

Si tengo que desmarcarme no soy muy partidaria de los regalos materiales y menos en el día de los enamorados, aunque me encanta regalar pero... ¿Por qué son tan importantes los regalos?



El beso (H. V.)



En el plano psicológico, un regalo es un vínculo comunicativo, una muestra de afecto. La persona que recibe el regalo, en la mayoría de los casos, no evalúa un obsequio en función de su precio, busca confirmar que la persona que regala le conoce a la perfección, conoce sus gustos e intereses.

Apelo a la curiosidad de los que os gusta regalar en San Valentín, pero empecemos desde el principio...

¿Por qué San Valentín? ¿Por qué el 14 de febrero?

El 14 de febrero del año 270 el sacerdote romano Valentín fue decapitado por casar en secreto a infinidad de parejas, desmarcándose, de ese modo, de las reglas y órdenes impuestas por el emperador Claudio II. Diversas leyendas sitúan sus restos en el municipio catalán de Navarclés. Unas reliquias que, en teoría, procedían de un monasterio próximo situado en San Fructos del Bages.

Pero... ¿Cuándo nació la tradición?

Klimt -El beso-

No es necesario remontarnos demasiados siglos atrás... Desde el siglo XIX la manifestación romántica del año obedece a las costumbres de los occidentales más puntuales: los ingleses.

Sin embargo, una americana, Esther Howland, fue la responsable de sus tintes consumistas. Una artista que apostó por la comercialización de los ancestros de las tarjetas de San Valentín.

Aquí tenéis esas tarjetas antiquísimas para que os sirvan de inspiración o desinspiración como dirían los “havalinos” :





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